El papel siempre me ha maravillado. Producción gráfica siempre fue una de mis asignaturas favoritas. Una de mis primeras becas, allá por 2003, fue en imprenta, y lo que aprendes allí se queda para siempre.

A la hora de maquetar, cualquier excusa es buena para jugar con el acabado. Tintas especiales, térmicas, hendidos, perforaciones…

Por mucho que nos digitalizemos, la experiencia tangible que ofrece el diseño para papel es insustituible.