Hace poco Cartier lanzó una gama de relojes más asequibles, dirigido a un target más joven.

En las fases iniciales de análisis, detectamos que el público que podía acceder a esta marca tenía unas inquietudes artísticas muy marcadas, y se veían reflejados en una serie de iconos de la cultura pop que marcaban su época.

Para reforzar esta idea, creé el concepto Time Builders. Para representarlo, montamos un contenedor transparente sobre ruedas y lo hicimos rodar por las zonas más selectas de la capital, aparcando en localizaciones estratégicas.

Dentro, practicaban distintos artistas, escultores, bailarines…